Santiago
es un jardinero de avanzada edad que lleva trabajando 20 años como
tal, en diferentes obras y urbanizaciones. Un buen día contactaron
con él y le contrataron en un nuevo proyecto, una urbanización en
proceso de construcción...
A
Vicente también le contrataron para tomar parte en la obra, y se
dedica a la organización de la promotora inmobiliaria...
Roberto
es un obrero que ha estado trabajando desde los 19 años en varias
obras y al igual, le llamaron para la mano de obra en el nuevo
proyecto en construcción...
El
tiempo pasó, y la obra se fué construyendo poco a poco; Santiago se
dedicó a plantar los árboles de alrededor de la parcela de la obra,
Vicente mandó colocar los carteles de la promotora inmobiliaria
anunciando el proyecto y Roberto estuvo trabajando en la obra
fabricando hormigón armado y otros materiales...
Todo
iba bien cuando de repente la crisis y la burbuja inmobiliaria
comenzó a hacer estragos en la sociedad. En la obra se intuia un
ambiente muy tenso y se rumoreaba acerca de despidos...Un mal día
los mismos que contrataron a Santiago, Vicente y a Roberto les
convocaron para darles una pésima noticia; estaban despedidos...
Poco
a poco se fueron desempleando a los operarios de la obra o fueron
desapareciendo por causa de la crisis.
Se
convirtió, entonces, en un proyecto inacabado, una obra inconclusa,
fruto de la suma del esfuerzo y el trabajo humano llevado a la ruina,
a la desilusión. Santiago verá a sus árbloes morir lentamente,
desprendiendose de sus hojas y sus vidas. Vicente observará esos
carteles publicitarios rotos, roídos y en estado de abandono.
Roberto se fijará con tristeza en la fabricación de sus materiales
de obra, transformados ahora, en residuos de construcción
(escombros)
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